En algunos países de África se deleitan comiendo sesos de monos y ciertas glándulas de orangutanes. Este tipo de costumbres está siendo desplazada por la presión de los conservacionistas. Los que no tienen quién los defienda son los gusanos de maguey, muy populares en México. Salteados con mantequilla se los comen en tacos con salsa picante. si cierra los ojos, resultan crocantes y tienen un sabor muy particular. Por cierto, cuando se pisa sin querer uno de esos gusanos amarillos y gorditos, cuyo relleno natural se sale por un extremo, sin ganas de probarlos. Sin embargo, como sabe, no se trata de gusanos silvestres sino de gusanos criados especialmente para el consumo, alimentados a base de cereales. Al horno, y no fritos, parecen pochoclo, aunque picantes. También le provoca cierta picazón, comer las hormigas culonas tal como acostumbran en algunas regiones de Colombia. Se trata de unos hermosos ejemplares de cabeza gruesa, tórax delgado y abdomen extraordinariamente abultado. estas hormigas tienen grandes pinzas y por si fuera poco, cuatro alas muy vistosas. ¿A qué saben?: a hormigas culonas.Simplemente se ponen en un sartén con aceite caliente y se echan a freír pareciera que fuesen maní.Un manjar raro, no sé si bueno porque jamás me he atrevido a probarlas, pero tiene sus seguidores.
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